Hotel Ariadne Rosenheim

Reseña de un crítico de hotel

Recientemente tuve el placer de alojarme en el Hotel Ariadne, un pequeño refugio que resalta por la calidez de su propietaria, una mujer encantadora que se ocupa de cada detalle con gran esmero. Cada mañana, nos ofreció un desayuno buffet que, aunque sencillo, estaba preparado con una atención al detalle que encantó a mi grupo y a mí; los huevos al gusto fueron un verdadero deleite. Las habitaciones, decoradas en una armoniosa temática de madera, nos brindaron no solo comodidad, sino también un respiro tranquilo con el sonido del paisaje que nos envolvía. Además, el bar y la terraza del hotel se convirtieron en el escenario perfecto para disfrutar de una copa y charlar bajo las estrellas. Si bien la oferta culinaria del restaurante se centra en platos alemanes, la hospitalidad y dedicación de la anfitriona fueron, sin duda, los ingredientes que hicieron de nuestra estancia una experiencia memorable. Sin duda, volvería a explorar más de este encantador rincón.